Jesús dice que nadie puede ver a Dios (Juan 5:37) Pero También dice que pueden ver a dios (Juan 14:9)4 Minutos

Respuesta

Dios es Espíritu (Juan 4:24), y por eso estamos naturalmente limitados para percibirlo (Juan 1:18). Los ojos físicos no pueden contemplar seres espirituales. Jesús, sin embargo, es la revelación de Dios para el hombre, a través de un cuerpo humano para que el hombre pueda verlo (Juan 1:14). No podemos ver a Dios directamente, pero Jesús, siendo Dios, nos da la oportunidad de conocer y ver cómo es Dios. Es solo a través del único Hijo engendrado de Dios, Jesucristo, que podemos acercarnos a Dios, conocerlo y verlo (Juan 14:6).

Versículos En Duda

Juan 14:9 – Puedes ver a Dios.

Jesús le dijo: «¿Tanto tiempo he estado con ustedes, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”?

Juan 5:37 – No puedes ver a Dios.

El Padre que me envió, Él ha dado testimonio de Mí. Pero ustedes no han oído jamás Su voz ni han visto Su apariencia.

Explicación

La Biblia nos dice que nadie ha visto jamás a Dios (Juan 1:18, 5:37; 1 Juan 4:12). No podemos negarlo. ¡Es una verdad escrita en piedra! Así que, o Jesús de hecho se contradijo, o nosotros los humanos falibles fallamos en la interpretación de la Palabra profética.

Así pues, primero debemos entender qué es lo que no podemos ver, y luego qué es lo que sí podemos ver. En ambos versículos, sí vemos a “Dios” como el objeto en cuestión, pero en el versículo cuestionado (Juan 5:37) tienes un determinante posesivo (Su) seguido de un sustantivo (apariencia). Así que la “apariencia” es a lo que Cristo hace referencia.

En el otro versículo (Juan 14:9) Jesús se refiere a sí mismo como un ser y no meramente a su “apariencia” física como en Juan 5:37. Sabiendo esto ya aclaramos muchas cosas, pero aún nos queda un poco más por explicar. Necesitamos entender la “apariencia” de Dios y luego la declaración de Jesús sobre Él como un ser para aclarar esta acusación errónea hecha desde la cosmovisión atea.

¿Por Qué No Podemos Ver Su Apariencia?

No perdamos de vista el objeto en cuestión dentro de la declaración que Jesús está haciendo. Jesús identifica claramente lo que no podemos ver cuando dice: “Su apariencia” No podemos ver la apariencia de Dios. Ese es el punto del versículo. Entonces, ¿a qué se debe esto?

Bueno, Dios es invisible para nosotros (Colosenses 1:15, 1 Timoteo 1:17). Dios habita en luz inaccesible donde no puede ser visto (1 Timoteo 6:16). Para ver la apariencia de Dios NECESITAMOS ser Dios mismo. Como humanos no podemos acceder a las alturas de la apariencia de Dios debido a nuestras limitaciones humanas. Dios es espíritu (Juan 4:24), y por eso estamos naturalmente limitados para percibirlo. Los ojos físicos no pueden contemplar seres espirituales.

Cuando Moisés conversó con Dios a través del arbusto ardiente, “Moisés escondió el rostro, porque tenía miedo de mirar a Dios” (Éxodo 3:6). Más adelante, Dios le dice a Moisés: “No puedes ver Mi rostro, porque nadie puede verme y vivir” (Éxodo 33:20). En otras palabras, ver a Dios en su plena gloria es más de lo que cualquier mortal puede soportar (Isaías 6:5). A Moisés se le permitió ver un poco de la gloria de Dios, pero para protegerlo, la mayor parte de esa gloria le fue oculta (Éxodo 33:21-23).

Por lo tanto, cuando leemos en las Escrituras que Jesús declara que ningún hombre ha visto a Dios, no está mintiendo. Nadie ha visto la forma real de Dios, o Su ser completo porque Él es Espíritu y Santo. No podemos. Moriremos.

Entonces, ¿Cómo Veían A Dios Tal Y Como Declaró Jesús?

En Juan 14:9 tenemos una historia diferente. No estamos viendo a Dios en su forma espiritual absoluta, sino que estamos viendo a Dios vestido de carne humana, capaz de caminar entre los hombres para que lo experimentemos a través de nuestros propios sentidos humanos.

Esto nos lleva a una afirmación clara e inequívoca: ver a Cristo es ver a Dios. Son Uno (Juan 14:7, 10-11). Felipe busca alguna señal milagrosa, pero Jesús indica que Su propósito es ser la revelación de Dios a la humanidad (2 Corintios 4:6). En el contexto de Sus otros comentarios (Juan 10:30; 17:5), incluido el uso frecuente del “Yo soy” (Juan 8:58), no cabe la menor duda de que Jesús afirmó con confianza ser Dios.

Sólo podían ver a Dios contemplando una forma de Sí mismo que era a la vez “física” (para permitirnos ver con ojos humanos) y también una forma “humana” (para evitar que muriéramos ante Su mera santidad gloriosa). Dios mismo explica lo que hizo para revelarse a nosotros en forma humana. Esto es lo que dice Filipenses 2:6-8 en la versión “Nueva Traducción Viviente” de la Biblia:

6 Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. 7 En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, 8 se humilló a sí mismo en obediencia, y murió en una cruz como morían los criminales.” (NTV)

Dios se hizo hombre por nosotros, para revelarse a nosotros, los perdidos. Así que no podemos ver a Dios en su forma completa, o su forma espiritual, pero los hombres fueron capaces de ver a Jesús, Dios encarnado en forma humana y física, y todavía lo son si Dios quiere revelarse en Cristo Jesús a una persona a través de un sueño o en persona.

La única forma en que puedes enfrentarte a Dios sin ser quemado por su santa presencia es a través de Cristo, y eso son buenas noticias para ti.

Buenas Noticias

Jesús dijo en el versículo 3, “Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez y los tomaré adonde Yo voy; para que donde Yo esté, allí estén ustedes también.” Tomás respondió al instante, “6 «Señor, si no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?»” (v. 6). Jesús responde con una famosa frase: “Jesús le dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí. 7 Si ustedes me hubieran conocido, también hubieran conocido a Mi Padre; desde ahora lo conocen y lo han visto». (vv. 6-7).

Tomás había preguntado cómo era posible conocer “el camino” hasta allí cuando ellos no sabían dónde estaba “allí” (Juan 14:5). Cristo respondió afirmando ser ese camino: que el medio de salvación pasaba por Él, no por el esfuerzo humano (Juan 14:6).

Cristo es el camino a Dios, la única oportunidad que tienes de ser aceptado por Dios. Perdonado. Liberado y amado. Puedes negar a Cristo y enfrentarte al juicio de Sus Palabras en el último día, o puedes conocerle como Tomás le conoció. Haz clic en el botón de abajo si quieres conocer a Jesús como Tomás y millones de personas lo han hecho a lo largo de los siglos.

Recursos Generales

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