¿Somos Salvo Por Obras, Por La Fe, O Por Ambas?12 Minutos

Respuesta

Pablo estaba “Maravillado” porque algunos en la iglesia de Galacia habían “abandonado a Aquel que los llamó” para “seguir un evangelio diferente”. Todos los que están bajo la ley están bajo la maldición de Dios, pues la ley nos condena instantáneamente (Gálatas 3:10). La Biblia distingue claramente entre todo tipo de obras u obediencia y la fe (Romanos 3:28, Gálatas 2:16). No hay lugar para la obediencia como medio de salvación, ya que la obra de Cristo en la cruz es la única que puede cumplir y ha cumplido las exigencias de la ley (Gálatas 3:13, Colosenses 2:14). Algunos recurren a Santiago 2:26 para enseñar un sistema basado en las obras, pero Santiago simplemente afirma la misma verdad bíblica que se encuentra en todo el Nuevo Testamento: la verdadera fe produce frutos (Juan 15:5, Gálatas 5:22-23).

Explicación

Este tema es, sin duda, uno de los más debatidos en la Iglesia en estos momentos.

Muchos grupos insisten en distintos ritos para la salvación, pero la fórmula siempre es fe + [rellena el espacio en blanco]. Fe + la Misa. Fe + los 10 Mandamientos. Fe + orar X veces al día, etc.

En este artículo, le garantizaré, demostraré y explicaré cómo la fe es el único requisito de Dios para la salvación del hombre. No se necesita la validación del hombre para afirmar que “LA FE ES TODO LO QUE SE REQUIERE PARA LA SALVACIÓN“.

Dios ya ha validado esa afirmación en Su Palabra, enviándo a todos los cristianos del verdadero evangelio, con poder para proclamar lo mismo.

Dicho esto, vamos a la Biblia.

Otro Evangelio Dado al Cristiano

¿Por qué no empezar a identificar el tema en cuestión de la misma manera que lo hizo Pablo con la iglesia de Galacia? Una carta que trata exactamente de esta cuestión que aún se plantea hoy en día: “¿la justificación es por la ley, por la fe o por ambas?”

La palabra “nomos” (“ley”) aparece 32 veces en Gálatas, y se menciona tantas veces porque éste era el corazón del problema en cuestión. Como leemos en 1:6, Pablo estaba “Maravillado” porque algunos en la iglesia habían “abandonado a Aquel que los llamó” para “seguir un evangelio diferente”.

Por lo tanto, esto nos inicia en una nota clara: hay un falso evangelio luchando contra el verdadero evangelio que ellos habían recibido. Surge entonces la pregunta, ¿qué evangelio deformado estaba sustituyendo al verdadero evangelio en esta iglesia? Gálatas 4:4-5 nos dice,

“…Dios envió a Su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley…”

Gálatas 4:4-5

Bien, ¿quién está bajo la ley y aún no ha sido redimido? ¿Sólo los judíos? No. Toda la humanidad, sin Cristo. Esta es la ley mencionada en Romanos, que dice,

“Porque cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por instinto los dictados de la ley, ellos, no teniendo la ley, son una ley para sí mismos. 15 Porque muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, su conciencia dando testimonio, y sus pensamientos acusándolos unas veces y otras defendiéndolos.”

Romanos 2:14-15

Hablando de obedecer la ley, Pablo menciona que algunas personas no judías -los gentiles- terminan guardando partes de la ley “por naturaleza”, aunque ni siquiera sepan lo que está incluido en los libros escritos de la Ley dada a los israelitas.

Ahora, en Gálatas 4:5, el versículo que leímos primero, Pablo afirma que Cristo vino a liberar a todos los que están bajo la ley moral de Dios, y eso es todo el mundo; judíos y gentiles por igual.

Sabemos esto porque la promesa hecha a Abraham fue a “todas las familias de la tierra.” (Génesis 12:2-3) y los judíos no son “todas las familias de la tierra.” Además, sabemos que todo el mundo está bajo esta ley porque Jesús vino a salvar al “mundo” (Juan 3:16-17), no al “mundo” de los judíos.

Todo el objetivo de Pablo en esta carta es dejar claro que toda la humanidad está bajo la maldición de la ley, pues es imposible cumplirla. Automáticamente te clasifica como merecedor de la maldición de Dios.

Así pues, este es el otro “evangelio” que se infiltró en la iglesia de Galacia. Un “evangelio” que necesita o requiere cierta obediencia a la ley mientras también se ejerce la fe en Cristo.

Este es el falso evangelio que estaba presente en esa iglesia, y que también está…

Presente en la Actualidad

No hay razón para creer que el Evangelio no será alterado, pues sabemos que Satanás desea que la humanidad sea destruida como él también lo será eventualmente (Juan 10:10; 1 Pedro 5:8).

Por esta razón hay muchas religiones y sectas que enseñan que la obediencia es necesaria para alcanzar la salvación, incluso a pesar de que Dios dijo claramente al respecto, “Porque si los que son de la ley son herederos, vana resulta la fe y anulada la promesa.” (Romanos 4:14) y “Por eso es por fe, para que esté de acuerdo con la gracia, a fin de que la promesa sea firme…” (v. 16)

La salvación por la fe se opone a la salvación por las obras. Si es por la ley entonces la fe es en vano dice Pablo. Si es por la obediencia que adquirimos la salvación, entonces la gracia literalmente se vuelve inútil, y la promesa hecha a Abraham fracasa.

Como si alguien le dijera a un amigo que trabaje por su dinero como regalo de cumpleaños. Es una contradicción. Si es un regalo entonces no debe haber habido trabajo para obtener el regalo, si no, por definición, es una recompensa; no un regalo.

Por lo tanto, no puede haber un sistema salvífico que exija tanto la fe como las obras. No porque no me guste la idea, sino porque literalmente no se deduce lógicamente, y lo más importante, porque simplemente va en contra de lo que Dios ha puesto por escrito.

Algunos no tienen en cuenta estas cosas y se enredan en tradiciones sistematizadas utilizando la Biblia, y terminan creando creencias como las que se mencionan a continuación.

“¡Sigue la Ley Mosaica y Ten Fe Para Ser Salvo!”

El primer y más extremista punto de vista sobre este tema es el de aquellos que creen que las tres formas de ley deben seguir siendo obedecidas. Esta posición considera que toda la ley del Viejo Testamento está en pie para ser obedecida con el fin de obtener la salvación.

1. Ley Moral, las leyes morales, o mishpatim, basadas en la naturaleza santa de Dios. Incluyendo los Diez Mandamientos y las penas por desobediencia. Resaltan la condición caída de la humanidad.

Por supuesto, Jesús cumplió estos requisitos (Mateo 5:17), y los que se salvan están en cambio bajo la ley de Cristo (Gálatas 6:2), que se piensa que es “amar a Dios y amar a los demás” (Mateo 22:36-40), como fruto de la salvación y dirección moral.

2. Ley Ceremonial, las leyes ceremoniales, o hukkim, se centran en dirigir la atención a Dios, incluyendo instrucciones para estar en comunión con Él, recordatorios de Su obra en Israel, regulaciones para distinguir a los israelitas de los paganos, y señales del Mesías venidero.

Los cristianos no están obligados por la ley ceremonial ni por festividades judías. Gálatas 3:23-25 y Colosenses 2:16-17 indican que Jesús cumplió estas leyes también.

3. Ley Civil, La Confesión de Westminster añade esta categoría de “ley judicial/civil”. Estas leyes se consideran aquellas que fueron dadas específicamente para la cultura y el lugar de los israelitas y abarcan toda la ley moral excepto los Diez Mandamientos.

La división de la ley judía en diferentes categorías es una construcción humana diseñada para comprender mejor la naturaleza de Dios y definir qué leyes deben seguir los cristianos en la actualidad.

En resumidas cuentas, toda la ley es útil para instruir (2 Timoteo 3:16), y nada en la Biblia indica que Dios pretendiera una distinción de categorías. La “ley” es la “ley”. Las 613 leyes. Punto. Los cristianos no están bajo la ley (Romanos 10:4). Jesús cumplió la ley, aboliendo así la diferencia entre judíos y gentiles (Efesios 2:15-16).

“¡Sigue los 10 Mandamientos y Ten Fe para Ser Salvo!”

En esta posición, algunos creen que como no somos judíos no hay necesidad de obedecer las leyes ceremoniales, pero como somos seres morales aún debemos ser moralmente obedientes. Esto tiene un poco más de sentido.

Sin embargo, el problema es el mismo: no basta con hacer el bien. “Otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la ley.” (Gálatas 5:3)

En este pasaje Pablo hace referencia a la ley ceremonial, no a la ley moral, pero nótese que el argumento de Pablo no es sobre qué ley estamos hablando sino sobre la habilidad humana de obedecer.

Aquellos que piensan que son tan “buenos” porque obedecen la ley de la circuncisión también necesitan obedecer toda la ley. ¿Cómo sabemos esto? Pablo lo explica, “13 Porque ni aun los mismos que son circuncidados guardan la ley” (Gálatas 6:13). No obedecen la ley completamente, y la cuestión que plantea Pablo es que la obediencia a una parte de la ley (circuncisión) no es suficiente.

Pablo hace referencia a Deuteronomio 27:26 en Gálatas 3:10 al decir “todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: «Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas». No hay “obediencia parcial”. O cumples toda la ley, o eres maldecido por ella al fallar.

O como el mismo Santiago escribió, “cualquiera que guarda toda la ley, pero falla en un punto, se ha hecho culpable de todos.” (James 2:10). Los Diez Mandamientos son esencialmente un resumen de los 613 mandamientos contenidos en la Ley del Antiguo Testamento. Tendrías que obedecer el resto si realmente quieres obedecer.

Por supuesto, eres inmediatamente culpable de pecado en el momento en que dejas de cumplir absolutamente todo lo que está escrito en los libros.

Así que, tanto en este punto como en el anterior, vemos una clara señal de que no queda más remedio que vivir por fe, pues la obediencia parcial no basta para cumplir lo que la ley exige.

“¡Sigue la Ley de Cristo y Ten Fe para Ser Salvo!”

Esta posición es interesante. Cristo cumplió la ley del Antiguo Testamento así que ahora lo que el hombre debe hacer aparte de creer en Cristo es cumplir una nueva ley dada por Cristo, conocida como la ley de Cristo. Entonces, puedes adquirir la salvación.

En esta posición, la Antigua ley se ha cumplido, pero con el fin de darnos una nueva ley (1 Corintios 9:21), una que demuestre nuestra verdadera fidelidad a Cristo, y una que sea más fácil de soportar y cumplir por nosotros mismos. Así podemos mantener nuestra salvación, o “trabajar” nuestra salvación (Filipenses 2:12).

Esta creencia se derrumba al filtrarlo a través de la Palabra.

Primero, Cristo cumplió la ley para librar al hombre de ella, no para darle otra. Hizo esto para darle al hombre el camino a través de la fe, no el camino a través de la obediencia una vez más. Como leemos en Romanos 9:30-32,

30 ¿Qué diremos entonces? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, alcanzaron justicia, es decir, la justicia que es por fe; 31 pero Israel, que iba tras una ley de justicia, no alcanzó esa ley. 32 ¿Por qué? Porque no iban tras ella por fe, sino como por obras.”

Romanos 9:30-32

Pablo hace una clara distinción entre los que obtuvieron la salvación por la fe y los que obtuvieron la salvación mediante el intento de cumplir cualquier tipo de ley del Antiguo Testamento. Cristo no murió para devolvernos a nuestros propios méritos (Efesios 2:8-9), sino para liberarnos de depender en modo alguno de nuestros propios méritos.

Segundo, esta nueva ley dada a nosotros por Cristo, es dada a los cristianos (Juan 13:34; 1 Corintios 9:21; Gálatas 6:2). “Cristiano” significa alguien que ya ha obtenido la salvación (Juan 1:12-13; Efesios 1:13-14) por lo tanto, no es el medio para adquirirla. No es una ley para obtener la salvación o mantenerla, sino más bien, una ley dada como guía espiritual y moral para la iglesia.

En tercer lugar, la razón por la que Cristo es la solución a la ley es porque Él es el único capaz de ejercer una fidelidad absoluta a la ley, no nosotros. Él estaba libre de pecado (Hebreos 4:15) y fue a la cruz sin mancha (1 Pedro 1:19) a nuestro favor (2 Corintios 5:21).

En cuarto lugar, no podemos soportar o cumplir la ley aunque se rebaje completamente a sólo amar a otras personas. El amor resume la ley de Dios (Mateo 22:37-40), así que antes de Cristo, uno podía cumplirla simplemente amando a otras personas (Romanos 13:8-10), pero ni siquiera entonces cumplimos la norma.

A pesar de esto, Cristo tuvo que venir a cumplir la ley. La razón por la que estamos “bajo la ley de Cristo” es porque ahora Cristo nos dice que tenemos la libertad de amar (Gálatas 5:14), y a pesar de nuestro pecado como cristianos, no somos condenados al fracasar en nuestro intento de amar (Romanos 8:1-4).

Así que, de nuevo, este punto no resiste las enseñanzas de Dios.

“¡Haz las Obras de la Fe y Ten Fe para Ser Salvo!”

Finalmente, tenemos otra posición común respecto a este dilema de fe más obras. Algunos creen que, dentro de la ley de Cristo, existen estas obras llamadas “obras de fe” que difieren de las “obras” de las que habla Pablo.

Los que proponen esta postura tienen la misma teología con un “sticker” diferente. Utilizan pasajes como Juan 6:29, o 1 Tesalonicenses 1:3 por ejemplo. Esto tampoco funciona porque tienes que leer tus creencias en el texto para que tenga sentido.

Las obras de la fe son eso, obras hechas en esa fe. No dicen, ni significan, ni siquiera implican que debamos seguir trabajando para salvarnos o mantener nuestra fe a través de estas “obras” hechas en la fe. Son sólo eso, obras hechas a través de nuestra fe y a causa de nuestra fe.

Además, el problema con la ley no es el nombre (como la ley mosaica, o la ley de Cristo), el problema es la incapacidad de cumplirla. Simplemente somos INCAPACES. No podemos cumplirla. Es imposible. No sabemos cómo. Nunca lo haremos bien.

Son afirmaciones que claman desde las páginas de la Escritura, suplicando al hombre a que se humille reconociendo que él “NO ES BUENO“. Cuando Pablo escribe que Dios “nos salvó, no por las obras de justicia [buenas] que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia” (Tito 3:5), lo dice en serio.

Dios eligió ser misericordioso. No podemos ser “buenos”, y nuestras “buenas” obras, como se menciona en Tito, no son lo que movió a Dios a decir “te perdono”. Dios perdona al hombre, a través de la fe, porque Dios amó al hombre, no porque el hombre lo amó a Él.

El Fin Para Los Que Creen En Este “Otro” Evangelio…

Todas estas posiciones previamente explicadas no pueden vivir solo por fe; tienen esta necesidad de hacer obras de alguna manera, a través de un sistema de ley u otro, para tener paz mental.

Por supuesto, aunque puedan tener una falsa seguridad a través de ese pacto que han hecho con su ley preferida, su fin no es de paz.

Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio contrario al que les hemos anunciado, quede bajo maldición.

Gálatas 1:8

¿Qué es la maldición de Dios? Pablo explicó que Cristo nos redimió de la maldición de la ley (haciéndose maldición por nosotros-Gálatas 3:13). La palabra griega para “redimir” en la Biblia es exagorazo. Era un término financiero que se refería al proceso de comprar la libertad de un esclavo.

Cuando un esclavo era “redimido”, dejaba de estar sujeto a las normas y expectativas de la vida de un esclavo. Por lo tanto, ser redimido de la maldición de la ley significa ser liberado de sus normas y reglamentos.

En otras palabras, aquellos que son redimidos de la maldición de la ley ya no están obligados a observar los mandamientos de la ley como lo estaban los israelitas.

Ahora contesta esta pregunta, si no has sido liberado de la demanda de la ley y fallas en cumplirla, ¿cuál es la consecuencia? El infierno (Romanos 6:23; Mateo 25:46; Apocalipsis 20:15). Entonces, la maldición de la ley es la condenación que impone sobre el que la infringe.

¿Por qué se justifica el infierno como castigo por confiar en la obediencia + la fe?

1. La ley condena

Como se ha dicho, porque la ley condena. No es una maldición sobre alguien que es bueno y se esfuerza al máximo, es el justo castigo de una persona que cree que puede cumplir lo que la ley exige cuando en realidad ni siquiera puede cumplirla en su totalidad durante un día entero.

También, el orgullo que uno debe tener para creer que sus obras pueden ayudar, apoyar, o añadir a las obras de Cristo es un testamento de nuestra depravación. Una clara declaración de que lo que Cristo hizo en la cruz necesita algo más. Esto nos lleva a la segunda razón.

2. Falsa fe en Cristo

Todas las personas que creen que hay que obedecer para mantener o cumplir la ley, aunque también crean que tienen que creer en Cristo, tienen una fe falsa en Él para empezar.

Creer que Dios quiere que obedezcas después de la obra redentora de Cristo en la cruz es creer que Cristo vino a preparar el camino para tus méritos. Es creer que Cristo murió en la cruz para que tú lo terminaras cuando Él ya dijo ” Terminado está” (Juan 19:30).

Así que, aquellos que creen que pueden y deben obedecer, a pesar de incluir la fe en Cristo, son simplemente personas que no tienen fe genuina en la obra de Cristo. O como Pablo llama a los que exigían fe más obediencia a la ley, “falsos creyentes” (Gálatas 2:4).

Por esto Dios considera tales creencias dignas de Su “maldición” (Gálatas 1:8-9).

¿Qué Evangelio se Dio Primero Entonces a los Apóstoles?

16 Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primeramente y también del griego. 17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

Romanos 1:16-17

Este fue el evangelio entregado a los Apóstoles (Efesios 3:5) a través del Espíritu Santo (Juan 16:13): un evangelio de fe y sólo de fe, excluyendo los méritos humanos (Efesios 2:8-9).

En lugar de la ley, encontramos repetidamente textos que oponen la ley a la justicia y la fe. Además de este contraste, tal como lo hemos visto en Gálatas 2:16, la frase “por las obras de la ley” se contrapone a “por el oír con fe” en 3:2 y 5. Pero quizá 3:12 sea a la vez el más claro y estricto:

“Pero la ley no es de fe [o por fe], sino ‘El que las hace vivirá por ellas'”.

Para Pablo, la ley es una cuestión de rendimiento (o sea, cuán de bueno eres cumpliendo algo), pero un rendimiento que está más allá de la posibilidad humana. Ese es el problema. Lo que explica sus continuas afirmaciones es que “La fe no es una obra, si es por obras, la fe es vana” (Romanos 4:4-5, Gálatas 2:16).

La justicia no puede venir por medio de la ley. Esto es inequívoco en 3:11: “Ahora bien, es evidente que nadie se justifica ante Dios por la ley; porque ‘el justo vivirá por la fe‘.” El evangelio es absolutamente de fe y los que viven por el vivirán, pero los que viven por la ley, o una mezcla de los dos, caerán bajo la ira de Dios.

No importa que tan cristiano puedas parecer; no importa cuanta Biblia conozcas; no importa cuantos años hayas ido a la iglesia; no importa cuan devoto hayas sido a tu religión y a tu evangelio, etc…

Si usted ha creído este “otro” evangelio, usted ha estado, está y estará bajo la maldición de Dios (Gálatas 1:8-9). Es sólo a través de la fe (únicamente) en Cristo, que usted puede obtener la justicia y el perdón de Dios para la vida eterna.

¡Pero Santiago Dice Que La Fe Sin Obra Está Muerta!

¡¿Pero y qué me dices de este apóstol?! Santiago fue claro, la obediencia a la ley es el resultado de la fe salvadora, no el medio para conseguirla. Santiago dice,

26 Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.”

Santiago 2:26

La fe sin obras es una fe muerta porque la falta de obras revela una vida sin cambios o un corazón espiritualmente muerto. Esto en realidad va a favor de todo lo que Jesús enseñó y reveló a Pablo cuando le dio el evangelio (Gálatas 1:11-12).

Hay muchos versículos que dicen que la verdadera fe salvadora resultará en una vida transformada, que la fe se demuestra por las obras que hacemos. Versículos como, Santiago 2:17, Santiago 2:18, Santiago 2:26, Mateo 7:16-20, Juan 15:5, Gálatas 5:22-23, Efesios 2:10, Tito 2:14, Tito 3:8, Colosenses 1:10, 1 Juan 3:17-18, Filipenses 2:12-13, Hebreos 10:24, 1 Pedro 2:12, o Romanos 6:22.

Hay aproximadamente 160 versículos en el Nuevo Testamento que establecen claramente que la salvación se basa únicamente en la fe, confianza o creencia de una persona en Jesucristo como Salvador. Por conveniencia de este “post” lo dejaremos en 15.

Santiago no está diciendo que nuestras obras nos hagan justos ante Dios, sino que la verdadera fe salvadora se demuestra con buenas obras. Pablo básicamente dice lo mismo en 1 Corintios 6:9-10 al referirse a los que viven practicando el pecado. Practican el pecado porque “no son de Dios” (1 Juan 3:10).

No hay contradicción entre la declaración de Santiago y el resto del Nuevo Testamento. El mensaje de Santiago es exactamente el mismo que el de Jesús, “16 Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? 17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos.” (Mateo 7:16-20).

Terminaré con las palabras de Pablo sobre el cumplimiento perfecto de Cristo por nosotros en la cruz como la única “obra” que podía cumplir lo que el hombre no podía cumplir,

9 Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por Su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de Él.

Romanos 5:9

Salvados de la maldición de Dios por, ¿nuestra obediencia a la ley? No. Por “Su sangre” (v. 9). Así que alabo al Señor porque “habiendo sido justificado por la fe” (v. 1) sé que tengo “paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (v. 1). Por ella he obtenido entrada a Su gracia, y esto “por la fe“nada más (v. 2).

Mientras muchos están agobiados tratando de cumplir la ley, Cristo ya les ha dicho “Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar.” (Mateo 11:28). Si desea este descanso de la ley haga clic en el botón de abajo.

Recursos Generales

    • Literatura recomendada: Comience a leer la literatura adecuada a través de lo que Último Pacto recomienda actualmente.

    • Herramientas Anti-Porno: Usa nuestras herramientas recomendadas para proteger a tu familia o a un hermano en Cristo de la perversión de la pornografía en Internet.

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