Respuesta
Dios establece lo que es bueno y malo según la Biblia, donde se afirma su completa bondad y ausencia de maldad (Salmos 145:9, Jeremías 33:11, Lamentaciones 3:25, Nahúm 1:7, Mateo 19:17). La razón por la que Dios permite el mal es multifacética: concede libre albedrío para que los seres humanos elijan, permite el desarrollo moral y cumple propósitos divinos que van más allá de nuestra comprensión. El sufrimiento también actúa como prueba de fe, consecuencia del pecado original, y vehículo para la redención y salvación. Aunque el sufrimiento sea inherentemente malo y debe evitarse, puede tener valor al promover el crecimiento personal, la empatía, el aprendizaje y la motivación para el cambio. Las tragedias naturales, como los desastres, pueden ser vistas como parte del juicio divino sobre las naciones y como manifestaciones de la maldición del pecado en la creación.
En última instancia, Dios no causa el sufrimiento por placer, sino que ofrece consuelo y esperanza eterna a los inocentes (bebés, niños con discapacidades intelectuales, etc.) y a aquellos que se arrepienten y deciden rendirse a Cristo.
Explicación
El argumento más común para rechazar a Dios como Padre y Señor a menudo proviene de personas que han sufrido lo suficiente como para llegar a esta conclusión.
Pero, ¿es suficiente el mal actual en el mundo para llegar a una conclusión válida sobre la existencia de Dios? ¿Debemos llamar mal a cosas que son incómodas en primer lugar? Bien, empecemos por el origen de este argumento y vayamos construyendo poco a poco a partir de ahí.
Hume y La Maldad
Considerado generalmente como uno de los filósofos más importantes que han escrito en inglés, David Hume (1711-1776) fue también muy conocido por su argumento sobre el mal. El problema del mal para los teístas era cómo conciliar el sufrimiento con un Dios benevolente. Hume resolvió el problema del mal afirmando que lo divino era amoral, pero no negando la existencia de Dios, que necesitaba para defender su noción favorita de una providencia general.
Así que el argumento de Hume no se originó con el objetivo actual de tratar de descartar la posibilidad de la existencia de Dios, sino con el objetivo de encontrar la coexistencia entre una “providencia general” y el mal/sufrimiento. Su argumento es el siguiente:
“¿Está dispuesto a prevenir el mal, pero no puede? Entonces es impotente. ¿Puede, pero no está dispuesto? Entonces es malevolente. ¿Es tanto capaz como dispuesto? ¿De dónde, entonces, proviene el mal?”
David Hume
Basándonos en el uso común de este argumento, podemos definir dos formas de uso a la hora de negar la existencia de Dios a través del concepto del mal:
- Maldad: Es decir, el mal moral cometido por el hombre, que termina en el sufrimiento de otro ser humano.
- Sufrimiento: Es decir, el malestar emocional, el dolor o la muerte provocados por las malas acciones de otra persona o por catástrofes naturales.
Sin embargo, para abordar cada uno de ellos utilizando la Verdad de Dios, es decir, la Biblia, primero tenemos que establecer qué se define como el “mal”. Lo que algunas personas llaman maldad puede no encajar en la definición real de lo que es el mal, y ¿quién dicta lo que es y lo que no es el mal? Empecemos por aquí.
¿Qué es la Maldad?
¿Quién decide lo que es malo y lo que es bueno? Para determinar una norma debe haber un dador por encima de los que estarán sujetos a esa norma. En otras palabras, una ciudad no puede basar sus leyes en las opiniones de sus ciudadanos, sino en la autoridad de esa ciudad.
Si la moral es relativa y no absoluta, es decir, si la moral no viene dada por alguien por encima de nosotros y la dictamos totalmente nosotros, entonces ¿quién va a decir lo que está bien y lo que está mal? ¿Cuándo tengo yo razón y cuándo la tienes tú? ¿Quién dice que tienes razón cuando tú dices que tienes razón? Se podría decir “el voto de la mayoría” debe decidir lo que está mal, pero eso seguiría sin cumplir los requisitos de lo que es intuitivamente bueno e incorrecto universalmente.
¿Por qué? Pues porque si es la mayoría, ¿cómo se justifica el asesinato de unos 6 millones de judíos por los nazis? Aunque no eran la mayoría, el partido nazi tenía millones de miembros y sus organizaciones afiliadas, como las SS y la Gestapo, estaban bien organizadas y eran muy eficaces en la ejecución de sus políticas genocidas.
Al ser un grupo grande, influyeron en otras personas que al principio no estaban de acuerdo con sus acciones. Debido a la presión de grupo, y a otros factores psicológicos en juego, acabaron siendo influenciados y optando por el apoyo a dichas acciones. En la Enciclopedia del Holocausto puedes leer acerca de la inmensa influencia que ejercieron sobre el público para que estuvieran de acuerdo con el asesinato Judío en masa.
¿Qué quiero decir con esto? Si dejas que los humanos dicten lo que está mal y lo que está bien eres propenso a experimentar sucesos como estos.
Es Dios quien ha establecido lo que es bueno y lo que es malo. La Biblia nos dice que Dios es completamente bueno, y que no hay maldad en Él (Salmos 145:9, Jeremías 33:11, Lamentaciones 3:25, Nahúm 1:7, Mateo 19:17). Cuando Dios decidió revelarse a nosotros (Juan 17:17, 2 Timoteo 3:16-17, Hebreos 1:1-2) básicamente nos reveló lo que es el “bien”.
Cuando vamos en contra de Dios, de lo que Él reveló, de lo que Él está de acuerdo, o de lo que Él ordenó, cometemos el mal. Eso automáticamente nos convierte a todos en malvados, porque no podemos pasar un día sin pecar por pura decisión.
Así que sabemos que el mal, debe lógicamente:
- Venir de alguien por encima de nosotros, con…
- Juicio y conocimiento perfecto del bien.
Ese es Dios. Así que, como revela la Biblia, es Dios quien decide lo que es bueno y malo, y todo lo que va contra Él, o lo tergiversa, es malo.
Dicho esto, repasemos ahora cada una de las expresiones del argumento de Hume mencionadas anteriormente. Empezando por la “maldad”.
Maldad
El mal existe en el mundo porque en el mundo existe el pecado. La palabra “pecado” deriva del verbo latino “peccāre”, que significa cometer una falta o errar al blanco. Así que, básicamente, “pecar” es “errar el tiro al hacer el bien”. No damos en el blanco cuando intentamos hacer el bien completo o perfecto.
La Biblia revela claramente que los seres humanos, incluido usted, lector, somos malos por naturaleza (Jeremías 17:9, Romanos 3:10-12, Romanos 3:23, Efesios 2:1-3). Nos encanta hacer el mal y el hecho de que lo ocultemos diciendo que “no somos malos” es en sí mismo malo porque eso es ser arrogante y faltar a la verdad.
Jesús mismo dijo que de nuestros corazones, “salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato, 22 el adulterio, la avaricia, la perversidad, el engaño, los deseos sensuales, la envidia, la calumnia, el orgullo y la necedad.” (Marcos 7:21-22).
El sufrimiento que experimentas por parte de los demás es consecuencia directa del mal. Puesto en otra perspectiva, la razón por la que la gente sufre a causa de tus faltas es por el mal que proviene de ti. Esto, de hecho, es una prueba a favor de Dios, no en contra de Él. El pecado es real y sus consecuencias son igualmente reales tal y como afirma la Biblia.
Recordando el segundo punto de Humes, se podría decir “si Dios es bueno, ¿por qué no lo impide?”. La respuesta es multifacética. Dios no detiene el mal del hombre por muchas razones. Aquí hay 7 razones comunes dadas para esta pregunta la cual, es razonable:
- Libre albedrío: Dios ha otorgado a los seres humanos el libre albedrío para tomar decisiones por sí mismos, lo que incluye la capacidad y permiso de elegir el mal. Esto también ayuda a responder a la famosa pregunta “Si Dios sabía que pecaríamos, ¿para qué crearnos?”.
- Desarrollo moral: La presencia del mal y el sufrimiento permite el desarrollo del carácter y la virtud, como la compasión, la paciencia y la valentía. Esto te acerca a desear el bien, y potencialmente buscar a Dios en arrepentimiento, que es Su meta final.
- Propósitos divinos: El mal puede ser parte de un plan divino más grande que los humanos no pueden comprender completamente. Es lo que se conoce como efecto dominó. El efecto dominó describe cómo una acción inicial puede causar una serie de eventos consecutivos que resultan en un bien. Claro, tenemos que ser capaces de ver el futuro para saber si debemos o no detener ese acontecimiento. Dios ve el futuro, así que Él sabe cuándo detener o permitir que las cosas sucedan.
- Prueba de fe: El mal y el sufrimiento pueden servir como una prueba de fe y lealtad hacia Dios para un Cristiano. Este sufrimiento, dependiendo de la situación, puede resultar en innumerables lecciones e incluso bendiciones para los no creyentes.
- Consecuencias del pecado: El mal es una consecuencia del pecado original y de las acciones humanas, y Dios permite que estas consecuencias sigan su curso como castigo.
- Redención y salvación: A través del sufrimiento y el mal, las personas pueden volverse hacia Dios y encontrar la salvación.
- Misterio divino: Algunos creen que la razón por la cual Dios permite el mal es un misterio que los seres humanos no pueden entender con su limitada comprensión.
Nosotros podemos entender esto sobre el mal moral: El permiso de Dios no es lo mismo que Su aprobación. Dios permitió a Adán comer del árbol prohibido, pero no aprobó la acción. A Dios le duele la pecaminosidad del hombre y la dureza de su corazón (Génesis 6:6; Marcos 3:5). Por eso vendrá y juzgará a la tierra por toda su injusticia.
A pesar de esto, incluso hay veces en que Dios NO permite el mal por tu bien. Por ejemplo, estás vivo leyendo esto y todavía no te han quitado la vida. ¿Por qué Dios no lo ha hecho?
“El Señor no tarda en cumplir su promesa, como algunos entienden la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.”
2 Pedro 3:9
Dios es paciente con los pecadores, reteniendo Su propia ira para no condenarlos, dándoles tiempo para arrepentirse creyendo en la Verdad, que es Jesucristo. Así, vemos aquí cómo Dios nos priva del sufrimiento justo por nuestro bien.
Pero, ¿qué ocurre en los casos en que el sufrimiento es injusto, sea cual sea la causa?
Sufrimiento
El sufrimiento puede definirse como una experiencia subjetiva de dolor, angustia o malestar, que puede ser físico, emocional o mental.
Nadie puede discutir que el sufrimiento es absolutamente malo y debe evitarse a toda costa. Al menos, alguien con buen juicio, con suficiente reflexión, no sólo estará de acuerdo sino que comprenderá el valor del sufrimiento, o del dolor en general. Por ejemplo, el dolor puede ser bueno debido a:
- Crecimiento personal: Al enfrentar y superar desafíos dolorosos, promovemos el crecimiento personal y fortalecemos nuestro carácter y resiliencia.
- Señal de alerta: El sufrimiento y el dolor actúan como señales de advertencia que nos protegen de daños mayores, indicándonos que algo no está bien en nuestro cuerpo o en nuestra vida.
- Empatía y compasión: Experimentar dolor y sufrimiento aumenta nuestra empatía y compasión, haciéndonos más conscientes y comprensivos de las dificultades que enfrentan los demás.
- Aprendizaje y sabiduría: Las experiencias dolorosas nos enseñan valiosas lecciones, proporcionándonos sabiduría y ayudándonos a tomar mejores decisiones en el futuro.
- Motivación para el cambio: El sufrimiento puede ser un catalizador para el cambio, impulsándonos a mejorar nuestras circunstancias y a hacer ajustes necesarios en nuestras vidas.
- Apreciación de la vida: Vivir experiencias de sufrimiento nos ayuda a valorar más los momentos de felicidad y bienestar, fomentando una mayor gratitud y apreciación por la vida.
Sin embargo, sé lo que dices. ¿Qué pasa con el sufrimiento que proviene de desastres naturales y no de la maldad de alguien?
Desastres Naturales
¿Por qué permite Dios terremotos, tornados, huracanes, tsunamis, tifones, ciclones, corrimientos de tierra, incendios forestales y otros desastres naturales? Tragedias como el terremoto de 2023 en Turquía y Siria hacen que muchas personas cuestionen la bondad de Dios. Pero se me ocurren dos razones:
- Juzgar a las naciones.
- Permitir que la creación manifieste la maldición que pesa sobre ella a causa del pecado.
Juzgar a las Naciones
¿Podría Dios evitar las catástrofes naturales? Absolutamente. Pero como vemos en las Escrituras una y otra vez, que los desastres naturales fueron utilizados en la mayoría de los casos como juicio sobre grupos de personas como naciones.
Dios utilizó un diluvio para destruir a todas las criaturas excepto a las que estaban en el arca de Noé, envió fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra, y desató plagas como el granizo y la oscuridad sobre Egipto, demostrando su juicio a través de los desastres naturales. Lo interesante de cada historia es que Dios:
- Les envió profetas para advertirles de sus malas acciones.
- Pasó décadas y tiempos determinados dándoles la oportunidad de arrepentirse.
- Les advirtió por otros medios para que se arrepientan antes de condenarles finalmente.
La primera intención de Dios no es condenar al hombre, sino salvarlo. Leemos en Ezequiel 33:11, “Yo juro que no me da ningún placer la muerte de los malvados. Prefiero que cambien de camino y vivan. ¡Vuélvanse, vuélvanse de su mal camino! ¿Por qué habrán de morir…”. Y Jesús enseñó claramente que “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.” (Juan 3:17).
Así pues, en este primer punto, las catástrofes naturales o bien llevan a la gente a reconsiderar la fragilidad de la vida humana con vistas a un posible arrepentimiento del mal por causa de Cristo, o bien mueren como juicio final de Dios.
Permitir Que La Creación Manifieste La Maldición Que Pesa Sobre Ella A Causa Del Pecado.
La segunda razón por la que Dios permite las catástrofes naturales es por sus consecuencias derivadas del pecado. Del mismo modo que Dios permite que las personas cometan actos malvados, también permite que la tierra refleje las consecuencias que el pecado ha tenido en la creación.
“19 Pues toda la creación espera con anhelo el día futuro en que Dios revelará quiénes son verdaderamente sus hijos. 20 Contra su propia voluntad, toda la creación quedó sujeta a la maldición de Dios. Sin embargo, con gran esperanza, 21 la creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, y se unirá a la gloria de los hijos de Dios.”
Romanos 8:19-21
La creación fue ‘sujetada a vanidad’, lo que significa que fue sometida a frustración y futilidad. Esto ocurrió ‘no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza’. Aquí, ‘vanidad’ (ματαιότητι, mataiotes) implica una frustración en su propósito debido al pecado. Esta sujeción no fue voluntaria sino impuesta por Dios debido a la caída del hombre, pero ‘en esperanza’, señalando que hay una esperanza futura de restauración.
Por lo tanto, la intención de Dios con la “frustración” de la creación es recordarle al hombre lo dañino que es y ha sido el pecado. El hecho de que no estemos de acuerdo con Dios respecto a lo dañino y repugnante que es el pecado explica por qué muchos lo rechazan por eso.
En otras palabras, como no estamos de acuerdo en que la causa (el pecado) sea tan mala, entonces vemos el efecto (desastres naturales, decadencia, destrucción) como innecesario. Es cuando reconoces el peso que tiene el pecado que entonces puedes reconocer el peso que tiene su efecto.
Esto, por supuesto, no responde al punto más desafiante de esta objeción…
¿Por Qué Sufren los Bebés, las Personas con Necesidades Especiales y los Desamparados?
La muerte no fue ni es la meta final de Dios. Es un resultado directo de las acciones del hombre, y al haber sido creado con una voluntad libre para ejercitarse, ellos también experimentarán sus consecuencias como las enfermedades y la muerte.
Romanos 5:12 nos da una idea de esta verdad universal. Leemos,
12 “Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron.”
Romanos 5:12
Pablo afirma que el pecado entró en el mundo a través de un hombre. Este hombre es Adán, el primer hombre creado del polvo de la tierra por Dios mismo (Génesis 1:27). Dios insufló vida a Adán y lo colocó en el jardín del Edén con una sola restricción: No comas del árbol de la ciencia (conocimiento) del bien y del mal (Génesis 2:15-17). Adán y su esposa Eva hicieron exactamente lo que se les había prohibido, y el pecado entró en el mundo.
Lo que queda claro del argumento de Pablo aquí es que la muerte siguió al pecado, como Dios dijo que sucedería.
- En primer lugar, Dios sacrificó un animal para vestir a Adán y Eva, que de repente se dieron cuenta de su desnudez por el pecado (Génesis 3:21).
- Pero más que eso, Adán y Eva fueron alejados de Dios y del jardín y empezaron a morir físicamente. Se convirtieron en seres mortales con una vida limitada.
- Peor aún, Adán y Eva transmitieron su pecado a su descendencia. Toda persona nacida en el mundo, excepto Cristo (Hebreos 4:15), nació pecadora y destinada a morir.
El pecado siempre lleva a la muerte, como Pablo dejará claro en los versículos siguientes.
Cuando nos preguntamos por qué Dios permite que un inocente, como un bebé, pierda la vida a causa del cáncer, debemos tener en cuenta todo el cuadro.
Dios no le da cáncer a los bebés, ni disfruta que las enfermedades sean parte de la humanidad. Si Él no quiere que los pecadores mueran, lo cual es mayor que una enfermedad, podemos saber con certeza que Dios no disfruta que los humanos estén bajo enfermedad. Entonces, ¿por qué permitirla en primer lugar?
Esto también es difícil de responder porque nosotros los humanos no podemos estar 100% seguros de por qué Dios permite que estas cosas les sucedan a los bebés. Podría ser que cuanto más se entrega el hombre al pecado, más permite Dios que se manifieste la maldición original del pecado. Tambien puede ser para aumentar la urgencia de Su llamado al arrepentimiento al hombre dado que el hombre no esta escuchando y solo continua empeorando. Puede ser debido a muchas cosas.
Sin embargo, la gente se queja de que Dios está “matando bebés”, pero los abortos están aumentando en Estados Unidos, a pesar de las prohibiciones que han entrado en vigor en más de una docena de estados. Hubo más de 1 millón de abortos en los Estados Unidos en 2023, la tasa más alta en más de una década y un salto del 10% desde 2020. (Estudio mensual sobre la disposición del aborto: US Abortion Provision Dashboard | Guttmacher Institute, s.f.)
Más de un millón. ¿Puedes siquiera entender eso? Una nación asesinó a un millón de bebés en 12 meses.
La Biblia revela que los niños son un regalo del Señor (Salmo 127:3), estén enfermos o sanos. Por un lado tenemos a Dios promoviendo la vida y dándonos niños como “regalos”, y por el otro tenemos más de 1 millón de asesinatos de bebés; y tenemos la audacia de culpar a Dios por matar bebés. Podrías decir que el aborto no es un asesinato pero eso ha sido confirmado tantas veces, por la ciencia, en las últimas décadas y en la ciencia moderna.
Sólo los necios niegan ese hecho para justificar su pecado. Es algo que ni siquiera tengo interés en debatir por lo obvio y depravado que es ese acto. La hipocresía de acusar a Dios por “matar” bebés cuando es Él quien da la vida, y cuando somos nosotros los que asesinamos bebés es desconcertante. Esta hipocresía no quedará sin juicio.
El Cielo Es El Final, No La Tierra
Dios no dejará que el pecado del hombre siga gobernando. Llegará un día en que Él liberará a los fieles en Cristo del pecado. Llegará ese día en el que todas las personas serán juzgadas y condenadas por negar la verdad y elegir el mal sobre la verdad. Dios no dejará que una gota de maldad quede sin juzgar.
Este día es caracterizado por su inminencia y sorpresa; según Mateo 24:36, nadie sabe ni el día ni la hora, solo Dios Padre. La llegada del Día del Juicio será repentina, como un ladrón en la noche, y tomará a muchos por sorpresa.
En este día, la justicia y la verdad serán reveladas plenamente. Eclesiastés 12:14 señala que Dios traerá a juicio toda obra, junto con todo lo oculto, sea bueno o malo. Todas las acciones humanas serán expuestas y juzgadas de manera justa.
El Día del Juicio también marcará un tiempo de renovación y restauración. Apocalipsis 21:1-4 describe la creación de un nuevo cielo y una nueva tierra, donde Dios morará con su pueblo y no habrá más muerte, ni llanto, ni dolor. Este evento trascendental señalará el inicio de una nueva era de paz y justicia divina, donde todas las cosas serán hechas nuevas.
Así, aquellos los inocentes que mueren como bebés, o niños con discapacidades intelectuales, incapaces de ejercer su juicio moral, pueden de hecho sufrir por algún tiempo aquí en la tierra, pero estarán en toda la eternidad sin lágrimas, sin dolor, sin sudor o tristeza, inmensa alegría, comprensión y gran paz. No serán juzgados bajo el fuego consumidor de Dios. Serán libres en el nombre de Jesús, disfrutando de esa gran creación que está llegando rápidamente, y permanecerá por siempre.
Y por supuesto, usted puede ser liberado de esa condenación. Si usted está interesado en saber más acerca de cómo puede ser liberado de la condenación que vendrá después de su muerte haga clic en el botón de abajo.